El fenómeno nikkei


Para los habitantes de América Latina, especialmente para los que viven en Brasil, Perú o México el término nikkei no es nada nuevo. Es la palabra que se usa para describir a los habitantes de América Latina que tienen raíces y ADN japoneses.
    Según los datos en toda América Latina, desde México y Cuba al norte, y hasta Argentina al sur, hoy hay más de 2 millones de personas de orígen japonés. Actualmente en los países del continente Latinoamericano vive ya la quinta generación de los descendientes de japoneses Este término nikkei o nikkeijin se empezó a usar ya hace mucho tiempo, antes de la Segunda Guerra Mundial en publicaciones en los Estados Unidos y Brasil en relación con las personas que vivían fuera de Japón. Desde la década de 1950, estos nombres ya se han usado comúnmente en las comunidades fuera de Japón. 
    Lo que es muy interesante es el problema con la definición de nikkei y nikkeijin.  Incluso el gobierno japonés en el 1986 no sabía como considerar a los niños de raza mixta, cuando alguno de sus padres era japonés y el otro no era nikkeijin. Este problema tampoco se resolvió más tarde. Con el tiempo resultó ser debatible y problemático cómo referirse a las personas que son japonesas, pero que no se sienten parte de la comunidad nikkei. Todas estas ambigüedades hacen que sea difícil determinar un número más preciso de nikkeijin en el mundo y en los países particulares. 
    Hoy en día, los descendientes de los japoneses son una gran parte de las sociedades en los países de Latinoamérica. Por lo tanto tienen una gran influencia en la vida y la cultura de estos países. En Perú, por ejemplo, hay muchos artistas de orígen japonés que crean mezclando los elementos de la cultura japonesa y peruana. Ya que nacieron y se criaron en Perú, lo que crean es muy peruano, pero en sus casas crecieron en la cultura japonesa. Gracias a esto su percepción del mundo y su sensibilidaad son ligeramente diferentes diferentes. Podemos observarlo por ejemplo en los poemas de José Watanabe. En la poesía de Watanabe destaca una nostalgia constante a la tierra de origen - Perú.  Describe el lugar de su infancia, Laredo, como un sitio ideal, un mundo idealizado donde se puede siempre encontrar un refugio seguro.  Pero en sus poemas presenta el mundo como una imagen, utilizando al mismo tiempo las formas de un lenguaje muy conciso y sofisticado, que es característico de la poesía haiku.

El Vado

Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
y las piedras de resbaloso musgo.
 
Cuida de dejar hundida la vara
con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina en el vaho solar.
Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.
 
Deja el cayado clavado en el limo.


José Watanabe


      Hablando de la participación de los nikkei en la literatura y la cultura del Perú, no se puede olvidar de Doris Moromisato. Sus padres llegaron a Perú de la isla japonesa de Okinawa. Además de la hermosa poesía, Moromisato también creó cuentos o ensayos sobre temas relacionados con la migración japonesa al Perú. Se ocupa del simbolismo, la cultura y el arte de la comunidad nikkei. Es directora de muchas organizaciones, entre ellas la Asociación para Mujeres de Okinawa del Perú y el Centro de la comunicación de la cultura de las mujeres (COMYC), y también periodista. 
       Es especialista del género y promueve la cultura de la mujer en el mundo. Durante años, ha estado apoyando a la comunidad nikkei, trabajó, entre otros, en el Museo de la Migración Japonesa al Perú. En una de las entrevistas habla cosas muy interesantes sobre la identidad de las personas nikkei:




    Otra artista que enlaza dos culturas en su arte es Nomi Sasaki. Es una artista visual que se dedica a la pintura de tinta china sobre papel y a la animación. Estudió en la Asociación de Caligrafía de Nube Púrpura en Tokio. Descubrió la tinta china cuando, durante el verano, visitaba a su abuela quien asistía a las clases de caligrafía, decidió probarlo por curiosidad y así nació su amor por la tinta china y la caligrafía. En su última exposición, bajo el nombre En la grama, presentada en el Centro Cultural Peruano Japonés en Lima, exhibió sus 30 obras de tinta y una pieza de video. En su arte la autora incorpora lo peruano con lo que viene de la cultura japonesa.
      Por un lado, vemos imágenes creadas con tinta china, una técnica que en Japón se comenzó a utilizar desde el siglo XIV, en la era Muromachi. Por otro lado, lo que constituye el contenido de estas pinturas se refiere más a la realidad peruana, sin embargo, se presenta con tanta ligereza y sensibilidad como lo hacen los artistas japoneses que han utilizado esta técnica durante siglos. En el arte de Nomi Sasaki, lo que es peruano se muestra a través del prisma de la sensibilidad japonesa, que en la cultura japonesa se llama mono-no aware, que se traduce, entre otros, como la sensibilidad a lo efímero. 

Tronco. La obra de Nomi Sasaki.







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